Las camelias de Amelia
de Zoé Jiménez Corretjer
Hace algún tiempo—más de lo que
me gustaría admitir—tuve un mentor que ahora es un buen amigo y me dijo que mi
forma de escribir se parecía mucho al de una amiga suya. Apunté el nombre y el
título: Zoé Jiménez Corretjer, Las camelias de Amelias. Sabía que tenía que
leerla, pero cuando la busqué en las librerías locales no conseguí el título.
Hace poco estuve comprando algunos libros en la tienda digital de Amazon y vi
Las camelias de Amelia en la lista de sugerencias. De inmediato recordé las
palabras de mi profesor y lo compré.
Al leer el primer cuento del
libro pude comprender el comentario de mi antiguo profesor. Aparte de la
calidad o el interesante contenido de Las camelias de Amelia, esta obra me
enganchó emocionalmente porque hasta entonces no había leído a otro autor
puertorriqueño que viera el mundo de la manera en que Jiménez Corretjer lo
hace. Tomando en cuenta que siempre es más difícil hablar de uno mismo que de
otra persona, se me hace un poco complicado describir el estilo de la autora en
cuestión porque siento que también estoy hablando un poco de mí. Al menos en
Las camelias de Amelia, que es el único de muchos libros de la autora que he
leído, existe un trasfondo hiperrealista, crudo y a veces hasta obsceno, que se
reviste mágicamente de elementos fantásticos que le infunden un sentido lírico
muy extraño. Digo extraño porque aunque comparte elementos de varios estilos
literarios, no se parece al realismo mágico ni al naturalismo crudo. Aunque la propia terminología es
contradictoria, se le podría llamar hiperrealismo fantástico. Al menos con Zoé
Jiménez Corretjer, al verlo en texto es fácil comprender que algo así realmente
es posible y funciona.
Creo que la obra también me
llamó la atención porque siempre hubo quien intentó disuadirme de escribir como
lo hacía. Digo que lo hacía, porque aunque nunca he abandonado mi interés por
lo fantástico y el lenguaje lírico—o musical, como me gusta llamarlo—, sí he
adoptado una forma un poco más sobria, menos volátil, y me molesto conmigo
mismo al darme cuenta de que he perdido algo de esa magia. Por otro lado, me
regocija saber que tengo compatriotas con una percepción literaria introspectiva,
liberadora y espontánea. No todos sabemos presentar una propuesta literaria con
la sinceridad de Jiménez Corretjer.
Para hablar un poco más del
texto, aparte del contenido fantástico, el lenguaje lírico y la ambientación
hiperreal, Las camelias de Amelia tiene algunos temas en común con la
cosmovisión literaria puertorriqueña actual. El feminismo, la raza, el clasismo
y la cotidianidad se exponen de forma contestataria. La voz de todos los
relatos es predominantemente femenina y tiene una subconsciencia que va al
detalle quirúrgico de lo que es ser mujer. Las descripciones son muy líricas y
contrastan diametralmente con las imágenes crudas y situaciones estresantes de
algunos relatos. Esta polarización estilística entre el fondo y la forma
aportan un gran peso al mencionado hiperrealismo fantástico en donde los fetos
abortados se convierten en árboles llorones y los amantes secretos en carne
para guisar.
Algunos relatos son mucho más
sublimes. El tema de la maternidad existe como un sustrato narrativo de algunas
tramas en Las camelias de Amelia. A veces se presenta con una dulzura que
lastima debido a la belleza de la ingenuidad imposible del protagonista y otras
veces se desborda con un cinismo a propósito que funciona como respuesta salvadora
del protagonista. En ambos casos, no son más que representaciones absurdistas
de la condición humana y del sufrimiento inherente como resultado de sentirse
vivo. Más allá de hablar de la mujer o de la madre, la autora de Las camelias
de Amelia comunica una admiración contemplativa, casi silenciosa, por la
supervivencia.
No puedo afirmar que Las
camelias de Amelia sea un libro de cuentos pesimistas o dedicado al nihilismo
destructivo. Tiene momentos hermosos respaldados por la fantasía y el lirismo.
De cierta forma, celebra la maternidad y la feminidad a través de sus
protagonistas sin olvidarse de las injusticias y fealdades que también
acompañan a cualquier personaje multidimensional. Zoé Jiménez Corretjer tiene
un estilo diferente al de la corriente puertorriqueña actual con el que enriquece
nuestro imaginario creativo. Al releer mis comentarios, me percato de que he estado hablando como escritor en lugar de lector, pero como dije al principio, este libro me enganchó de otra manera. Las camelias de Amelia es una muestra de las posibilidades literarias
que podemos disfrutar en Puerto Rico sin necesidad de desconectarnos de los
asuntos más vigentes que todos desean ver plasmados en el arte contemporáneo. La autora demuestra una gran sensibilidad artística sin pretender una "corrección política". Su objetivo final, después de todo, es la pura sinceridad.
Mis relatos favoritos son:
“El vellón de Muller”
“La falsificadora”
“La hostia”
“La mujer y el viento”
Elementos literarios
predominantes:
-El lenguaje lírico
-El trasfondo hiperrealista
-Personajes y tramas
fantásticas
-El feminismo
-La maternidad