Ahora me detengo.
Boccaccio hacía las cosas de diez en diez, y yo, como buen fanfarrón, me quiero
copiar un poquito. En Puerto Rico hay buenos cuentistas. Los estilos son
variados y la creatividad no tiene limites, pero he notado, al menos en estos
primeros diez libros, que existe un elemento que tiende a repetirse de manera
casi obsesiva en la narrativa puertorriqueña contemporánea. Es el
hiperrealismo.
Aparentemente, el
hiperrealismo es lo mejor que se nos da. La crueldad (‘La belleza bruta’), la
sexualidad (‘5 minutos para ser infiel’, ‘Avalancha’), el retrato cotidiano de
las vidas atropelladas de nuestros personajes resulta sensual porque,
efectivamente, dominamos el arte de crear mentiras sobre la violencia. No me
sorprende. Si pudiese declarar de la manera más
redundante alguna conclusión obvia en este espacio de comentarios y de lectura, sería que la mayoría de
los escritores puertorriqueños contemporáneos han abrazado su cultura violenta
para escribirla. No importa si el autor es académico (‘El oficio del vértigo’) o
juvenil (‘La vida a ratos’), el personaje violento y violentado, la psiquis
trastocada, la ficción dentro del realismo estruendoso de la narrativa local es
impresionante y significativa.
Por ejemplo, he
notado que nos preocupa mucha la sexualidad (la piel), que nos fascina los
personajes traidores e individualistas (‘Cuentos traidores’). Tal parece que
escribimos sobre antihéroes todopoderosos dentro de su desgracia y su
miseria, ya sea material, espiritual o ambas. También he visto que tendemos a trastocar
esa realidad tajante con súbitas exageraciones (‘Reyerta TV’) o, en algunos
casos, fantasías que rayan en lo inverosímil (‘Mundo cruel’, ‘En el ojo del huracán’) para abolir esa tragedia hiperrealista a la que tendemos a someter nuestra
narrativa.
Tengo que
resaltar dos libros extraordinarios de esta jornada:
‘La belleza bruta’, de Francisco Font Acevedo
‘Mundo cruel’, de Luis Negrón
Todo puertorriqueño
amante de la lectura debería conocer, al menos, estos dos libros poderosos. Aquí les dejo un repaso de imágenes, para que reconozcan las portadas de los libros de la primera jornada:
Libro onceavo: Gotcha
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