Manchas de tinta en los
dedos
de Awilda Cáez
Admito que de primera instancia leí los primeros
dos cuentos del libro y lo cerré. Me parecieron muy buenos, tan buenos con los
del primer libro de Awilda Cáez, Adiós, Mariana y otras despedidas. Sin
embargo, me ocupé en otros quehaceres y lo dejé. No fue hasta esta mañana que
me desperté temprano luego de una larga noche y, por alguna razón esotérica,
retomé el libro de mi mesa de noche. Entonces ya no lo pude soltar.
Si bien ya dije que los primeros relatos son
buenos, la mayoría de los que siguen son aún mejores. Vale la pena hablar un
poco del estilo que la autora ha seleccionado, antes de entrar en aspectos más
profundos. Manchas de tinta en los dedos es un libro de cuentos sobre grandes
tragedias que han ocurrido en los últimos años a nivel internacional. La autora
toma las noticias de ataques terroristas, personas desaparecidas y accidentes
de aviones para convertirlas en el trasfondo de las historias de sus
personajes.
Los relatos del libro suceden en países
diferentes, por lo que la autora se dio a la tarea de investigar las ciudades y
los dialectos de las personas que viven en ellas. Ya sea en México, Argentina o
India, los personajes se sienten naturales, sus acciones verosímiles y humanas.
A pesar de las tragedias, que pueden ser por causas naturales o de la maldad
humana, ninguno de los personajes principales se presenta como totalmente
perverso o heroico. Los inocentes corren despavoridos y los malvados se
enamoran. Uno puede generar empatía con
ellos. El mejor ejemplo de esto es el relato “También caen del cielo”.
Ahora bien, dentro del contexto muy bien
estructurado del libro, resalta la destreza de la escritora. Ya habíamos visto
con su primer libro el cuidado que Awilda Cáez le presta a su trabajo creativo.
Dentro de simples desamores podemos encontrar la humanidad de un hombre
deprimido a través de la narrativa de esta escritora. Manchas de tinta en los
dedos no es la excepción. Si bien está construido de una manera bastante
diferente al primer libro, podemos encontrar ciertas cosas que se repiten como
una especie de sello de la escritora.
Por ejemplo, tenemos la división en partes o
secciones del libro, como espejos que presentan diferentes aspectos de una
misma cuestión, que en este caso son las tragedias internacionales. En el
primer libro teníamos Ellos y Ellas; en este encontramos Primera Plana y Gente.
Se podría decir que en la primera parte la autora se enfoca más bien en el
aspecto de la tragedia y las consecuencias en la vida de las personas
involucradas. En otras palabras, Primera Plana es una especie de ‘macro’ sobre
el asunto. Por otro lado, tenemos el lente de una lupa emocional. Los
personajes interesantes de Gente forman parte directa o indirecta con algún
suceso lamentable. Quiero decir, pues, que la segunda parte del libro es un
acercamiento más íntimo y psicológico a la tragedia internacional.
Creo que el ejemplo más espectacular de Gente es
el relato “Estos días de colores”. Tiene que ser el relato mejor logrado del
libro. También es el relato que más se desvía del estilo usual de la autora. Ya
conocemos a Awilda Cáez por sus finales chejovianos, por su agridulce
melancolía y desquite íntimo o secreto que se reflejan perfectamente en su gran
relato “Sin punto final”. Sin embargo, “Estos días de colores” es un cuento más
dramático, más gracioso y tiene el final más impactante. Este es un cuento
difícil de olvidar por el manejo magistral de la técnica del anticipo. A través
de una narrativa simpática, la autora nos deja con la boca abierta,
precisamente, con el punto final del relato. “Estos días de colores” es un
cuento superior, original y fascinante. Entonces, ya vemos que la autora posee
un dominio tanto de los finales sutiles, como de los sorpresivos.
No quiero terminar esta breve reseña con una
simple exhortación a que lean otro libro más de un autor puertorriqueño. En
este caso, necesito destacar la elegancia y la sobriedad de la narrativa de
Awilda Cáez. A partir de Adiós, Mariana, solo ha solidificado su arte para
entregarnos otra serie de cuentos más complejos, más profundos y mejor
investigados, y que conservan la voz agridulce de una autora sensible que
procura una gran calidad literaria. Los exhorto a que conozcan los dos libros
de Awilda Cáez. Tendrán una gran conversación.
Los mejores relatos son:
- “Pedazos”
- “Sin punto final”
- “Estos días de colores”
Elementos narrativos sobresalientes:
-La psicología
-La intimidad o estilo confesional
-La inclusión del periodismo en la narrativa
-Los finales sutiles o chejovianos
-Los finales sorpresivos e impactantes
-La internacionalidad
-Lo detectivesco
-La tragedia
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