Ficciología
de Nelson Esteban Vera Santiago
Si tuviera que
describir en dos palabras el libro de Nelson Esteban Vera Santiago, serían
estas: denso y volátil.
La prosa de sus
cuentos es un vaivén de imágenes poéticas y diferentes situaciones. En cuentos
como ‘Palomar de Bahía’ el narrador nos
sitúa en dos o tres escenas diferentes y las va hilvanando de manera
independiente hasta hacerlas converger, de alguna manera.
En ‘La torre de
Micerino’ la muerte es caracterizada de manera muy poética como una jovencita
seductora que viene a acabar con un anciano, y fracasa en su intento.
‘El retrato de
Mercedita’ es una ficción del amorío de una mujer con el dictador dominicano,
Rafael Leónidas Trujillo, y como eso llegó eventualmente terminó mal. El relato
carga con una gran belleza descriptiva y sentimental, pero lo que más me llamó
la atención es que el relato amoroso se da entre medio de una situación en donde
un pintor busca a estar mujer, ya anciana, para pintarla. Se podría decir que
‘El retrato de Mercedita’ es un cuento dentro de otro cuento.
‘Profundidad’ es
un hermoso y melancólico relato en donde una mujer buzo recuerda a su amante
bajo el agua. Este es un relato que toca la homosexualidad de una manera muy
literaria. También toca brevemente el tema de la enfermedad y la permanencia de
la otra persona cuando las cosas se ponen difíciles en una relación. El final
trágico puede recordarnos la lucha interminable de la comunidad homosexual por
la legitimidad de su estilo de vida y sus derechos humanos, todo de una manera
muy sutil y bella.
Le sigue un
relato mucho más atrevido y carnal titulado ‘Recreo’. Es prácticamente una
escena en donde una adolescente se escapa de la escuela en la hora del almuerzo
para irse con un hombre mayor y tener relacione sexuales en algún otro lado.
Retrata perfectamente la ingenuidad del personaje joven y cómo el hombre mayor
se aprovecha de eso para usar a la chica pubescente.
Siguiendo la
vibra juvenil, tenemos a ‘Slowhands’. En este relato un hombre joven va guiando
de noche por la autopista luego de haberse endrogado con cocaína en una
discoteca. El cuento alterna fragmentos de canciones relevantes con las alucinaciones
divertidas del muchacho, quien lleva a Homero Simpson en el asiento de atrás,
molesto porque no encuentra el control remoto de la televisión, y a su lado
Osama Bin Laden, que lo acompaña en silencio, sin mirarlo, casi como un
fantasma de su propio delirio. El relato termina de una manera predecible. Su
vida termina con un accidente de tránsito.
‘Policromado’ es
un relato erótico que comienza con algo de suspenso pues hay un hombre mayor
desangrándose en el cuarto de un motel mientras su amante juvenil se va en una
especie de retrospección de cómo lo conoció. Este relato tiene méritos, no por
lo poco que dice, sino por cómo dice esa pequeña escena intensa de placer y
dolor.
‘Circunstancias’
está construido con escenas más claras y evidentes, separadas por espacios
literarios (no como en ‘Palomar de Bahía’). El tono estoico y casi cínico del
relato me recuerda a los grandes relatos modernos del catalán Quim Monzó, uno
de mis cuentistas contemporáneos favoritos. Lo que me deja perplejo de este
relato es que en cada escena hay un personaje diferente que no tiene nada que
ve con las demás escenas. A simple vista, uno podría decir que todas esas
personas comparten las mismas ‘circunstancias’, pero no puedo estar seguro. No
entendí el relato.
‘La sinfonía
belga’ cuenta la historia de dos amantes, uno puertorriqueño y otro
estadounidense, y de Margaret, la mujer a la que ambos aman. Los párrafos de
este relato cambian de personaje de manera casi imperceptible, y eso me
dificultó un poco entender la historia. Sin embargo, las oraciones está
cargadas de una dulzura amarga, aquella sensación que experimentan los que se
aman desde lejos. Al final, la mujer piensa que su esposo, el norteamericano,
la ha abandonado cuando decide salir a promocionar su nuevo libro. En el viaje
conoce al hombre puertorriqueño, conectando las tres historias de manera casi
fantasmagórica. Me llama la atención de ‘La sinfonía belga’ que aunque estas
personas se aman desde lejos, en cada momento vemos conexiones entre todos
ellos cuando se fijan en los pequeños detalles o en las memorias de la
juventud, cuando apenas se conocían. Tengo que resaltar el uso constante de
frases en este relato, que no necesariamente completan una idea literaria, sino
que dan matices poéticos a las remembranzas y sensaciones que emiten los
personajes desde las páginas del libro.
‘15,145 páginas’
es relato corto que nos muestra un momento en la vida de Henry Darger. Las
cosas a las que le presta atención y su pequeñas manías nos sugieren que se
trata de un depredador sexual de niños y niñas, pero que pasa desapercibido,
irónicamente, como un ‘loco’ común y corriente.
‘En casa’ es otro
relato atmosférico, como ‘Miro por la ventana’ o ‘Sábado’, de Quim Monzó. Sin
embargo, el tedio y la pesadez cotidiana de ‘En casa’ no llega al ‘asombro’ que
decía Borges, porque al final daña toda la experiencia con una oración
inentendible en donde entra un segundo personajes que no habíamos visto antes y
que, aparentemente, observa al hombre del cuento en su cotidianidad. Encontré
muchas oraciones literarias de gran poder. Por ejemplo, me gustaron mucho:
“Encendió la luz, los colores eran asquerosos.”
y
“Por un momento pensó dos cosas: que la manera en que inspeccionaba la casa era demasiado lenta (lo que propiciaba a un sinfín de escalofriantes posibilidades de acecho) y que lo que hacía tenía cierta lógica profiláctica…”
En ‘Fabio’ se
presenta la demencia como una enfermedad contagiosa. Primero se vuelve
loco Fabio, y después su amigo Luisillo.
En cierto momento se insinúa la posibilidad de que esta locura viene de una
‘falta de madurez’ de los dos jóvenes, pero es algo que realmente no se
desarrolla en el resto de la historia. Hubiera sido interesante. De todas
maneras, no hace falta ya que se maneja muy bien la idea de que la locura es
contagiosa. Al final vemos como Fabio se cura y otro hombre más jura que la
semana que viene le toca a él ser el loco. Pienso que esto se puede interpretar
de varias maneras, como la necesidad de las personas de salir de la rutina y
‘hacer locuras’, o la enajenación que uno enfrenta al hacer cosas diferentes y
cómo eso nos separa del resto (clásico tema del Quijote), pero el hecho de que
esta ‘enfermedad infecciosa’ solamente le de a los hombres le añade una nueva
dimensión a la idea. De hecho, las mujeres esposas de ellos tienen que
enfrentar esa locura de manera muy sufrida y realista, cosa que se despacha con
oraciones esporádicas e inconsecuentes. De todas maneras, me parece que en este
cuento hay mucho que ver, pero no seré el que analice su potencial literario,
al menos no aquí.
‘Reglas de
procedimiento para el amor en picada’. Este cuento es un cuento, y es bien
diferente a lo que debe ser un cuento. O sea, no tiene una estructura
ordinaria: se construye a manera de reglamento, y en las reglas se dan nociones
eróticas sobre lo que es el amor de los dragones, el sexo durante una caída en
paracaídas, la ruptura de la monotonía en una relación amorosa, y, además, para
darle forma de relato literario, la historia hilvanada poco a poco, a
pinceladas, de una instructora paracaidista y un soldado que quiere aprender a
lanzarse desde las alturas. ‘Reglas de procedimiento para el amor en picada’ es
un relato intrépido, muy bien logrado, gracioso, divertido, original, fresco;
en fin, vale la pena comprar el libro nada más para leer esta curiosidad de
relato.
No encontré
particularmente interesante el relato ‘A los prisioneros de guerra’. Si bien
Vera Santiago pretende realizar algún tipo de crítica social, no me pareció
contundente o trascendental (me perdonan la rima).
‘Adultos’
comienza con una escena erótica que resulta ser un sueño. Luego sabemos también
que se trataba de un sueño erótico entre un primo y una prima. El narrador en
primera persona indaga lo que es el ‘llamado de la naturaleza’ y la prospección
subconsciente de un acto incestuoso futuro, que todavía no ha sucedido, pero
que tiene que suceder. La parte final del cuento es más bien tierna, pero el
desenlace en sí toma un giro de complicidad y perversión que —lo admito— sale
de la mente del lector y cambia por tercera vez el tono de la historia.
‘En el cafetín de
Raúl’ es otro relato escénico en donde la atmósfera pesa más que el hilo de la
historia. La acción es ordinaria y apenas al final conocemos algo de lo que
estaba sucediendo tras bastidores: otra aparente crítica social, esta vez hacia
nuestra política isleña.
Entonces viene
otro cuento grandioso. ‘Juegos de pelota’ al principio tiene el mismo aire
cotidiano y escénico de otros cuentos de ‘Ficciología’, pero entonces cobra una
intensidad escalofriante al final. Un hombre recibe la noticia de su esposa de
que el pago de la hipoteca está cerca, no hay comida en la casa y, que está
embarazada. El hombre, mientras tanto, sigue viendo un juego de pelota y le
informa a su esposa que al día siguiente irá a jugar un partido con sus amigos.
Luego nos enteramos de que el hombre y sus compañeros se dedican a cruzar
indocumentados que vienen por el mar a cambio de un pago monetario. La frialdad
con que se maneja este procedimiento, incluyendo la decisión de echar al agua a
un hombre al que un tiburón le arrancó una pantorrilla, le dan ese toque
asombroso y trascendental a ‘Juegos de pelota’.
Al final del
relato titulado ‘El insulto del medio día’ literalmente estuve tratando de
separar la página siguiente en dos porque creía que el cuento todavía no se
había acabado. Esta historia está incompleta; no funciona como está.
‘La letra’
comienza divagando un poco, aunque pronto nos topamos con este diálogo:
“—¿Le gusta la
literatura checa—fue la primera idiotez que se me ocurrió.
—NO. —dijo él.
—¿Qué busca?
—¿Qué busca?
—Una letra en la
cual está encerrado Dios.”
Lamentablemente,
el relato termina de una manera superflua pues, aunque el hombre logró
encontrar la letra que buscaba después de muchos años, nada parece haber
cambiado realmente. La solución se nos regala y el conflicto parece esfumarse
del cuento.
‘Sube y baja’ fue
un cuento que me dio órdenes. No le hice caso.
‘Soledad del
tiempo’ es un relato que pretende, aparentemente, crear un puente literario
entre la vida de una mujer moderna, profesional y exitosa, con la vida perdida
en un pueblito de la montaña. Realmente no entendí el desenlace, en donde la
mujer parece haber muerto, pero entonces se ve a sí misma llorando dentro del
carro mientras considera meterse de nuevo a la vieja casa. Bah!
Así el libro se
diluye en un rabo de cuentos cortos que no tiene la misma fuerza de los
primeros relatos, los cuales están construidos con más cuidados y fueron mucho
mejor pensados. ‘Break pal’ café’ explora el desencanto de las parejas luego de
varios años de estar casados, y ‘La mosca’ y ‘Fetiche’ apenas me llamaron la atención.
Ficciología termina con un relato titulado ‘Ser ficciólogo…’, que utiliza el
recurso literario de las notas al calce, y que tanto odio. Solo ha habido un
autor que me ha impresionado con el uso adecuado de este recurso, y ese era
Jorge Luis Borges con su ‘Tlon, Uqbar, Orbis Tertius’, incomparable, realmente,
y que muchos han tratado de imitar sin lograr el mismo efecto.
Aparte de ese
traspiés final, Ficciología es una gran libro de relatos. Tiene poesía y
creatividad. Explora los cuentos situaciones, que fluyen casi como escenas
cinematográficas; también entrega varios cuentos que exploran la sicología de
los personajes, y no realmente lo que está sucediendo físicamente en el relato.
‘Ficciología’ es
parte de la Colección Premios de Literatura 2010, del Instituto de Cultura
Puertorriqueña. Probablemente los relatos de Vera Santiago fueron publicados
tal y como fueron presentados para la evaluación del premio pues hay muchos
errores ortográficos y gramaticales a través del libro. Sin embargo, no se hace
la salvedad en ningún momento.
Me han gustado casi todos los relatos de Ficciología. Podría
resaltar estos pocos, más bien por mis gustos personales, y no por restarle
mérito a los demás:
‘El retrato de Mercedita’
‘Profundidad’
‘Fabio’
‘Reglas de procedimiento para el amor en picada’
‘Juegos de pelota’
Elementos narrativos importantes:
-La brevedad; son relatos cortos.
-El estilo cinematográfico de algunos de los relatos que se
mueven a través de escenas muy visuales, como en ‘Palomar de Bahía’ y
‘Circunstancias’.
-La anticipación del desenlace de manera inteligente y
efectiva.
-El tono juvenil y moderno de casi todas las historias.
-El lenguaje fresco, intrépido y, a pesar de todo,
digerible.
Próxima entrada: Cuentos para jóvenes menores de 99 años
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