Las negras
de Yolanda Arroyo Pizarro
He leído ‘Las
negras’, y siento que he vuelto a descubrir la prosa de Yolanda Arroyo Pizarro. Es
más, siento que he redescubierto lo que en algún momento me habían enseñado
sobre los negros esclavos y la cultura de la mujer negra en el
Puerto Rico de antaño.
Los tres cuentos
de esta pequeña colección están divididos en una serie de escenas cortas y
precisas. Estas, a su vez, están construidas con párrafos breves, contundentes,
repletos de imágenes que complementan el hilo narrativo de ficción histórica
que identifica a cada relato en ‘Las negras’.
‘Wanwe’ comienza
con una primera página de fraseos que nos sumergen enseguida, de manera
poética, en la historia de una mujer joven negra que es secuestrada de su aldea
para ser vendida como esclava. El relato de ‘Wanwe’ intercala una retrospección
de la niñez de esta mujer con la terrible realidad de sometimiento que enfrenta.
Yolanda Arroyo Pizarro siempre logra crear unos contrastes poderosos entre la
violencia y la ternura. En ‘Wanwe’ el lector puede sentir tanto el dolor de la
separación y el maltrato físico de la mujer negra como también la ternura de su
amor por su aldea, por su familia y por su religión.
‘Matronas’ es la
historia de Ndizi, o más bien de todas las que compartieron el destino de
Ndizi. Esta es una mujer conocedora de numerosos dialecto e idiomas. También
conoce varios oficios, incluyendo el de la crianza y el de la cocina. Esta
mujer libre es encerrada en una celda porque había jurado que si la capturaban de
nuevo se las vengaría con los niños que ayudaría a nacer. Ndizi conversa con un sacerdote de nombre Petro. Mientras tanto, recuerda cómo eran
las cosas antes en su tierra, en África, y cómo cambiaron cuando los negros comenzaron
a capturar a otros negros para entregárselos a los portugueses. Cada escena en
‘Matronas’ culmina con una línea sorprendente, a veces una gran revelación que
va cuadrando los hechos del cuento, otras veces se trata de alguna imagen
sobrecogedora. Lo cierto es que el personaje de Ndizi establece una especie de
puente cultural con sus idiomas y con sus remembranzas de lo que era y de lo
que es, en su tiempo. ‘Matronas’ es una narración fresca porque en vez de
enfocarse en la tragedia de la negra encerrada, más bien le da atención al
espíritu humano y a la misma vez inclemente de una persona que ha sido
destruida por la esclavitud y que se inclina a hacer cosas terribles para otros futuros negros y negras no sufran como ella. El relato termina con la ejecución de Ndizi, y
con la mayor revelación de todo el libro: quienes eran los niños que mataba, y
cómo lo hacía, o más importante aún, que ella no era la única.
‘Saeta’ es un
relato algo más sencillo. La historia trata en resumidas cuentas de una negra
que es abusada pos los hijos de su amo (y luego por el amo mismo al
descubrirla). Lo especial de este relato es que la historia toma un giro de
misticismo glorificado. El cadáver de la negra desaparece, también una de las
ballestas de su amo. Unas escenas de unas negras guerreas nos dan una idea de
lo que pudo haber sucedido al final de este relato, pero lo cierto es que la
venganza se consuma. El amo, al final, muere asesinado. Otro aspecto diferente
de ‘Saeta’ es que privilegia el uso de las descripciones de la naturaleza para
validar el misticismo y la gloria de la venganza de la negra asesinada. En
cuanto al estilo, este relato es algo diferente a lo que estoy acostumbrado a
leer de Yolanda Arroyo Pizarro. Naturalmente, no deja de ser una lectura fresca
e impresionante.
De los tres relatos excelentes de ‘Las negras’, tengo que
exaltar a ‘Matronas’ por los finales de escenas tan contundentes y por las imágenes
transgresoras imposibles de olvidar.
Elementos sobresalientes en ‘Las negras’:
-La fragmentación de cada relato en escenas pequeñas.
-Párrafos breves.
-Prosa sencilla, precisa y objetiva.
-El uso de la retrospección para hilvanar los hechos.
-La construcción de imágenes poderosas e inolvidables.
-Personajes principales todas negras esclavas.
Próxima entrada: Los cuentos de mi abuelo
Tremendo. Ya me dieron ganas de comprar este libro. Gracias por compartirlo.
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