martes, 10 de noviembre de 2015

Libro trigésimo noveno: Ciencia imperfecta

Ciencia imperfecta
de Janette Becerra

Esta vez comentaré sobre un libro de cuentos que fue premiado por el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP). Ciencia imperfecta, de la doctora Janette Becerra, fue premiado como mejor libro de cuentos en el 2012 por dicha institución.

La temática principal del libro es una ironía. Presenta el arte creativo como una ciencia, o al menos como una extensión de la ciencia. Si vemos de forma panorámica todos los relatos de Ciencia imperfecta, parecen tener en común la presentación de un caso que la ciencia convencional es incapaz de explicar o solucionar. De forma irónica, el lector puede alcanzar su propio entendimiento de las situaciones presentadas en el libro gracias al formato literario que la autora seleccionó para contarlas. La obra completa parece sugerir, pues, que existen cosas que se comprenden mejor con las emociones.

Hay un tema secundario en algunos de los relatos de Ciencia imperfecta que se repite en la obra literaria de Janette Becerra. El conflicto solitario del ente creador, que tiene sus raíces en el imaginario asombroso de Jorge Luis Borges, es uno de los grandes dilemas en el mundo del arte. Aquí la autora se las arregla para transmitir esa angustia existencial, si se le puede llamar así, de forma empática. En relatos como “Coma”, “El horticultor” y “Cruzada literaria” los personajes conocen la satisfacción de concebir algo nuevo con sus habilidades mundanas para luego convertirse en víctimas de su propia creación o villanos de su propia historia. En todo caso, la creación no sufre el habitual giro antagónico, tan propio del clásico Frankenstein, sino que le permite al protagonista conocer otros aspectos de la existencia que repentinamente desaparecen o que son inalcanzables. Si tomamos una metafora más simple, podemos compararlo con la historia bíblica del fruto de la ciencia del bien y del mal. No es hasta que Adán y Eva lo prueban que toman consciencia humana y pierden el privilegio de vivir en el Edén. Este mecanismo irónico genera la angustia que plaga a muchos de los protagonistas en la obra de Janette Becerra. Ciertamente, es parte del foco central en Ciencia Imperfecta.

Quizás el relato que mejor ejemplifica el espíritu de Ciencia imperfecta es “Visitabas puntualmente el consultorio”. La ciencia en cuestión es la psicología, pero también habla del amor conyugal. En el relato narrado en segunda persona vemos el deterioro emocional de una mujer que visita a la psicóloga porque su esposo tiene problemas psiquiátricos. En el desarrollo del relato vemos dos planteamientos que se llevan de forma paralela: la ya mencionada angustia de ser la victima de la creación, en este caso el amor, y también el fracaso de la ciencia, en este caso de la psicología, en su pretensión de ofrecer ayuda emocional a la protagonista a través de diálogos mecánicos y recetas científicas de recuperación.

Si tomamos en cuenta su otro libro de cuentos, Doce versiones de soledad, y el libro ganador del ICP, Ciencia imperfecta, descubriremos que Janette Becerra mantiene un estilo muy claro y fluido. Cuenta sus relatos con una maestría intachable. Sus desenlaces, más que sorpresivos, son introspectivos, en la buena tradición de Antón Chejov, pues entre las palabras quedan dichas otras cosas que son las de mayor importancia y las que hacen a un gran cuento. Con Ciencia imperfecta, Janette Becerra demuestra que es, al día de hoy, una de las mejores cuentistas que tiene Puerto Rico.

Mis relatos favoritos son:
“Coma”
“Visitabas puntualmente el consultorio”
“Cruzada Literaria”

Elementos literarios destacados:
-La riqueza y pulcritud del vocabulario
-El estilo “chejoviano” de los desenlaces
-La segunda persona narradora en “Visitabas puntualmente el consultorio”
-La unidad temática en contraste con la diversidad narrativa

-El formato histriónico de “Casa alcaldía”

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