Ciencia imperfecta
de
Janette Becerra
Esta vez comentaré sobre un
libro de cuentos que fue premiado por el Instituto de Cultura Puertorriqueña
(ICP). Ciencia imperfecta, de la doctora Janette Becerra, fue premiado como
mejor libro de cuentos en el 2012 por dicha institución.
La temática principal del libro
es una ironía. Presenta el arte creativo como una ciencia, o al menos como una
extensión de la ciencia. Si vemos de forma panorámica todos los relatos de
Ciencia imperfecta, parecen tener en común la presentación de un caso que la
ciencia convencional es incapaz de explicar o solucionar. De forma irónica, el
lector puede alcanzar su propio entendimiento de las situaciones presentadas en
el libro gracias al formato literario que la autora seleccionó para contarlas.
La obra completa parece sugerir, pues, que existen cosas que se
comprenden mejor con las emociones.
Hay un tema secundario en
algunos de los relatos de Ciencia imperfecta que se repite en la obra literaria
de Janette Becerra. El conflicto solitario del ente creador, que tiene sus
raíces en el imaginario asombroso de Jorge Luis Borges, es uno de los grandes
dilemas en el mundo del arte. Aquí la autora se las arregla para transmitir esa
angustia existencial, si se le puede llamar así, de forma empática. En relatos
como “Coma”, “El horticultor” y “Cruzada literaria” los personajes conocen la
satisfacción de concebir algo nuevo con sus habilidades mundanas para luego
convertirse en víctimas de su propia creación o villanos de su propia historia.
En todo caso, la creación no sufre el habitual giro antagónico, tan propio del
clásico Frankenstein, sino que le permite al protagonista conocer otros
aspectos de la existencia que repentinamente desaparecen o que son
inalcanzables. Si tomamos una metafora más simple, podemos compararlo con la
historia bíblica del fruto de la ciencia del bien y del mal. No es hasta que
Adán y Eva lo prueban que toman consciencia humana y pierden el privilegio de vivir
en el Edén. Este mecanismo irónico genera la angustia que plaga a muchos de los
protagonistas en la obra de Janette Becerra. Ciertamente, es parte del foco
central en Ciencia Imperfecta.
Quizás el relato que mejor
ejemplifica el espíritu de Ciencia imperfecta es “Visitabas puntualmente el
consultorio”. La ciencia en cuestión es la psicología, pero también habla del
amor conyugal. En el relato narrado en segunda persona vemos el deterioro
emocional de una mujer que visita a la psicóloga porque su esposo tiene
problemas psiquiátricos. En el desarrollo del relato vemos dos planteamientos
que se llevan de forma paralela: la ya mencionada angustia de ser la victima de
la creación, en este caso el amor, y también el fracaso de la ciencia, en este
caso de la psicología, en su pretensión de ofrecer ayuda emocional a la protagonista a través de diálogos mecánicos y recetas científicas de recuperación.
Si tomamos en cuenta su otro
libro de cuentos, Doce versiones de soledad, y el libro ganador del ICP,
Ciencia imperfecta, descubriremos que Janette Becerra mantiene un estilo muy
claro y fluido. Cuenta sus relatos con una maestría intachable. Sus
desenlaces, más que sorpresivos, son introspectivos, en la buena tradición de
Antón Chejov, pues entre las palabras quedan dichas otras cosas que son las de
mayor importancia y las que hacen a un gran cuento. Con Ciencia imperfecta,
Janette Becerra demuestra que es, al día de hoy, una de las mejores cuentistas
que tiene Puerto Rico.
Mis
relatos favoritos son:
“Coma”
“Visitabas
puntualmente el consultorio”
“Cruzada
Literaria”
Elementos
literarios destacados:
-La
riqueza y pulcritud del vocabulario
-El
estilo “chejoviano” de los desenlaces
-La
segunda persona narradora en “Visitabas puntualmente el consultorio”
-La
unidad temática en contraste con la diversidad narrativa
-El
formato histriónico de “Casa alcaldía”
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